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lunes, 30 de noviembre de 2015

El mundo no acaba el 20D; Resistir y caminar.

Las élites económicas han encontrado herramientas para reforzar su control y sus intereses. Una herramienta han sido debates sobre Cataluña que solo ha servido para esconder bajo la alfombra los recortes sociales o la pérdida de derechos de la clase trabajadora. Acaso hay alguna diferencia entre CDC y el PP a la hora de robar o de servir a la oligarquía más allá de esta escenificación teatral. (Por supuesto hay que entender que España es un estado plurinacional que debería tener una configuración federal en la que sus pueblos decidieran su futuro).

Por otro lado tenemos la aparición de Ciudadanos, un partido salido de la necesidad de un lavado de cara de las políticas neoliberales (No es lo mismo que te robe un chico guapo y que parece algo nuevo que unos partidos demasiado desgastados por los años, ya no colaba).


Ante esta recomposición del régimen del 78 tenemos que tener claro quien es el enemigo, que no es otro que este sistema, gestores y beneficiados, que reparten la riqueza en muy pocas manos controlando instituciones y leyes (UE, tratado de Maastricht, TTIP, modificación del artículo 135 de la CE, reformas laborales de PP y PSOE, etc) como los medios de producción, que solo sirven a estas cuatro élites que realmente controlan el poder. Es hora de romper con todas estas cadenas y repartir la riqueza entre toda la sociedad de una manera justa. No es normal que cuantos más avances tecnológicos y más ventajas científicas hay, la clase trabajadora tengamos menos derechos que antes.

No nos engañemos, el cambio al servicio de la clase trabajadora no pasa por los chistes, las caras bonitas, ni por titulares brillantes sino con trabajo y con propuestas claras, rupturistas, ecologistas y feministas y por supuesto por mucha pedagogía

Hoy más que nunca tenemos que tener claro que la situación de la clase trabajadora es nefasta y que es necesario trabajar no solo ahora sino durante los siguientes años en proyectos que busquen la concienciación social y no que trabajadoras precarias se consideren clase media, que crean que votando al PP defienden sus intereses o que es posible hacerse rico trabajando mucho y sin que sea a costa de alguien. Es necesario dejar las moralinas en casa ( ya basta de decir que la gente es idiota y no sabe lo que vota, son muchos años de mentiras y de consolidación cultural del régimen) y empezar a explicar persona a persona, barrio a barrio, pueblo a pueblo que es necesario enfrentarnos juntas por unos derechos comunes contra esa élite que nos les está arrebatando y que controla este sistema (medios de comunicación, fuerzas de seguridad, medios de producción). 


                     

Tenemos que llegar a toda la clase trabajadora y no solo a los trabajadores industriales (15% del PIB en industria). La trabajadora de mercadona o la telefonista a la que insultamos a la hora de la siesta también son clase trabajadora y más explotadas y precarizadas aún que el sector industrial. Sin un proyecto que analice la realidad productiva de este país y que busque nuevas fórmulas de llegar a una sociedad totalmente diferente a la de los años 80, no conseguiremos cambiar el fondo del asunto por mucho que cambiemos el maquillaje.

Igual ahora mismo en 20 días, no nos jugamos un cambio inmediato, pero sin lugar a duda si ahora la izquierda organizada desaparece de este altavoz que es el parlamento, podemos perder algo más importante que es  la lucha en las calles y la movilización social que es mucho más importante que una mayoría en el parlamento. Es tiempo de resistir para poder seguir caminando a través de la concienciación social y la lucha en todos los ámbitos de nuestra vida para transformar este país de arriba abajo y ponerlo al servicio de sus pueblos contando con todas las personas que persiguen este cambio social (construyendo un espacio más amplio donde las diferentes organizaciones, movimientos y personas nos sintamos cómodos bajo unos puntos programáticos básicos). Necesitamos mucha paciencia, trabajo, pedagogía y no ocultar nuestros principios para ganar cuatro votos, al fin y al cabo democracia también es decirle a la gente nuestras propuestas igual que la gente puede dar su opinión.


"Paso a paso, fallo a fallo y en colectivo hacemos el camino"